jueves, 1 de septiembre de 2011

Lo malo de querer a alguien de verdad es que no puedes borrar del todo la huella que te dejó. Te quedará alguna de sus canciones preferidas; sus rincones, donde se perdía; cada uno de esos días especiales. Por mucho que te empeñes en tu mente van a quedar grabadas algunas de sus palabras, gestos y sonrisas. Créeme, es difícil deshacerse de historias de las que sólo los dos sabríais reíros, será difícil no llorar cuando venga a tu memoria ese significado especial de algo ordinario. ¿Y sabes qué? Te costará hacer una nueva vida en la que él no aparezca por ningún lado. Pero si quieres puedes contármelo todo, desahogarte. Vamos a gritar donde nadie nos conozca, donde se queden guardados cada uno de los reproches. Ven conmigo y gritemos aquello que no nos gusta, y que el eco sea lo único que nos conteste. Ten confianza en mí, intentaré no defraudarte. Y ya verás que cuando recuerdes estas palabras podrás susurrar "hoy me he sentido mejor, he vuelto allí, donde solíamos gritar".

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